La Agencia Tributaria ha recaudado 166,63 millones de euros por el impuesto a los envases de plástico no reutilizable desde que entró en vigor en enero de este año y hasta el pasado 30 de abril, según los últimos datos oficiales que se han publicado.

Este impuesto afecta a toda la industria con un tipo impositivo de 0,45 euros por cada kilogramo de plástico no reutilizable que fabrique o adquiera a terceros. En su primer mes de vigencia su recaudación fue de apenas 1 millón, mientras que en febrero ascendió ya a 41 millones de euros, alcanzando los 53,7 millones en marzo y los 70,4 millones en abril.

“La tendencia de la recaudación del impuesto es alcista. En cualquier caso, de momento no ha transcurrido el tiempo suficiente para hacer una valoración correcta de si se ha reducido la cantidad de plástico virgen en los embalajes o no”, ha expresado el especialista en tributos de la consultora en Innovación y Fiscalidad Ayming, Faysal Assakale, que también trabaja para el Cluster de Innovación en Envase y Embalaje.

Asegura además que los fabricantes “están notando que los clientes les solicitan más cantidad de plástico reciclado buscando adaptarse al impuesto y aumentar la cantidad de plástico reciclado que utilizan, aunque no exista en el mercado una cantidad suficiente de plástico reciclado para atender a toda la demanda, de acuerdo a lo informado por los fabricantes”.

El experto ha destacado que la adaptación a este impuesto por parte de las empresas fabricantes de envases “ha sido complicada”, especialmente por las cargas administrativas que conlleva.

“Los primeros meses están siendo caóticos y la obtención de la base imponible, prácticamente imposible“, ha enfatizado.

Assakale ha explicado que “las empresas tienen muchas dificultades para calcular los datos que necesitan para liquidar el impuesto, puesto que hay que saber, por ejemplo, la cantidad exacta de plástico. Para ello, tienen que contactar con los proveedores y determinar el origen del plásticos o los envases, según casos, y cuando los proveedores son de fuera de España, las empresas dependen de su colaboración ya que éstos no están obligados por sus respectivas legislaciones a tener que facilitar estos datos”, ha relatado.

Desde Fiab han incidido en las dificultades que está creando la implementación de este impuesto en las empresas del sector, especialmente en las pymes, sobre todo para certificar qué cantidad de plástico reciclado presenta el envase a partir de la información facilitada por el proveedor.

Temen que habrá una pérdida de competitividad para la empresas ya que España es el único país de la UE que ha establecido un impuesto de estas características.