Desde la BMPA han dejado claro que el cotes de contratar trabajadores extranjeros para que pasen a formar parte de la masa laboral de la industria cárnica en Reino Unido no va a hacer sino incrementar la inflación del país. Además, consideran que anuncios como el hecho por el secretario del Tesoro, John Glen, en el Parlamento británico al asegurar que se incrementarían las tasas con los que pagar los incrementos salariales del sector público, conllevarán esa subida de la inflación.

Así, el recargo de costes de salud a la inmigración se ha incrementado en un 65%, las vistas de trabajo y de visita han subido un 15% y los certificados de patrocinio y ciudadanía subirán un 20% al menos en su coste.

El argumento del gobierno es que esto no será inflacionario, pero como explica Nick Allen, director ejecutivo de la Asociación Británica de Procesadores de Carne, “sabemos que muchos empleadores privados tienen que pagar la factura de estos cargos para incentivar a los trabajadores a venir al Reino Unido. Estos costos adicionales se transmiten a lo largo de la cadena de suministro y terminan aumentando el costo de los bienes y servicios que producen los trabajadores en el extranjero. Incluso si los cargos adicionales corren a cargo de los propios trabajadores y no los cubre su empleador, el Reino Unido se volverá mucho menos atractivo como destino para el talento extranjero, y el mercado laboral del Reino Unido se volverá aún más escaso de las habilidades y los trabajadores necesarios para hacer crecer la economía".

Para la BMPA, por mucho que a las empresas de la industria cárnica británica les gustaría emplear trabajadores locales, el hecho de que tengan que pagar entre 10.000 y 15.000 libras en costos únicos por cada persona que traen del extranjero a trabajar a Rino Unido, "debería hacer sonar las alarmas entre los responsables políticos. No es por elección que lo están haciendo, sino por necesidad".

"Solo dos de nuestros miembros se han visto obligados a pagar un total de 10 millones de libras en los últimos 18 meses para traer el personal que necesitan del extranjero porque no encuentran trabajadores en Reino Unido. Es un costo adicional que nunca tuvimos antes de salir de la UE. También se suma a un aumento de casi el 20% en los salarios. Y para seguir siendo viables, estos costos deben trasladarse a los consumidores, lo que aviva la inflación de los precios de los alimentos y hace que las empresas británicas sean menos competitivas, señala Allen.