El año pasado se sacrificaron en Polonia 1,8 millones de cerdos menos que en 2021. Según las primeras previsiones, este año se sacrifirá otro millón menos que en 2022 con lo que en dos años bajaría en 2,8 millones de animales la producción.

Esta reducción viene de la mano de la bajada del censo porcino debido a que en los últimos cuatro años casi la mitad de los ganaderos polacos han abandonado la cría de cerdos. Según el Ministerio de Agricultura polaco, el 1 de julio de 2023, el país tenía 52.900 granjas dedicadas a esta actividad, lo que supone 900 menos que en abril.

El país es un importador neto de genética y de lechones para el engorde procedentes de otros países como Dinamarca, Bélgica, Alemania y los Países Bajos. Esta alta dependencia de las importaciones expone al sector porcino a las fluctuaciones de precios en los mercados exteriores.

Otro factor que está reduciendo el censo es el avance de la PPA por el país. Ya ha afectado en 2023 a 14 explotaciones ganaderas de porcino, obligando al sacrificio de más de 5.000 cerdos. Además obstaculiza la exportación cárnica.