Los datos del último año móvil del Panel de Consumo Alimentario que elabora el Ministerio de Agricultura indican que en desde septiembre de 2022 a agosto de 2023 el consumo de carne y derivados cárnicos en España sumó 1,86 millones de t, lo que supone apenas un 0,7% menos que en el mismo periodo anterior. El gasto, sin embargo, ha crecido en un 9,6%, ante la evolución de la inflación y de los costes productivos, hasta los 16.370 millones de euros. El consumo per cápita en el periodo analizado ha sido de 39,94 kg/persona.

Específicamente para el mes de agosto, la cantidad comprada de carne y derivados en los hogares españoles fue de 140.600 t, un 5,3% más, por un valor cifrado en 1.193,3 millones de euros, un 12,8% más que en agosto de 2022, con un consumo per cápita de 3 kg.

Por categorías, la de pollo es la mayoritaria con 531.600 t de compras, un 5,8% más, para alcanzar un valor total de 2.896,8 millones de euros, un 17,3% más. Le sigue en relevancia la carne de cerdo con 410.500 t, un 1,1% menos, por un valor de 2.996 millones de euros, un 12,2% más. A continuación, el vacuno sumó 176.400 t con lo que bajó un 7% pero su valor de venta subió un 6,3% hasta los 2.113 millones de euros. Por último, en carnes frescas la venta de cordero en el último año móvil (septiembre 2022-agosto-2023) bajó un 7,7% y se quedó en 40.200 t por un valor de 560,62 millones de euros, bajando un 0,6%.

Para la carne congelada, los datos indican un crecimiento la cantidad consumida (49.572 t, un 5,9% más) por un valor de 263,39 millones de euros, un 13,6% más.

En derivados cárnicos, la cantidad comercializada en hogares alcanzó las 487.300 t, un 2,5% menos, por un valor de 5.228 millones de euros, un 7,1% más.

Buen comportamiento en los ocho primeros meses del año
Pese a todo lo anterior, si se tiene en cuenta únicamente el periodo correspondiente a los 8 primeros meses del año, enero-agosto, el comportamiento es más positivo. Así, el valor de las compras en los hogares creció hasta los 10.138,5 millones de euros, lo que supone un 15,1% más, y en cuanto a la cantidad de carne comprada en los hogares españoles, subió un 5,24% hasta alcanzar los 1,23 millones de t. Esto podría indicar cierto cambio en la tendencia a la baja en el consumo registrada en 2022.

Específicamente para la carne fresca, estos ocho primeros meses del año han supuesto un incremento en la compra del 6,6% hasta las 895.450 t, con un gasto que superó en un 17% al de 2022, sumando 6.632,7 millones de euros. La de pollo, la proteína cárnica más barata, ha crecido hasta superar en el valor de ventas los 2.000 millones de euros, un 22,7% más debido al encarecimiento de los costes de producción, alcanzando a crecer un 14% en la cantidad comercializada (368.886 t). La de cerdo también subió hasta las 274.327 t, un 4,7% más, con un valor de 2,03 millones de euros y en el caso del vacuno, el valor superó los 1.387 millones de euros para cerca de 114.766 t compradas en los hogares, subiendo un 122% en valor y bajando un 0,9% en cantidad comprada.

En la parte negativa de las carnes frescas hay que señalar la bajada del ovino-caprino, cuya compra bajó casi un 8% (22.513 t) con un valor de 307,6 millones de euros, apenas un 1% más. Para el conejo la situación es aún peor con una caída en las compras del 13,2% (18.863 t) y un valor de algo más de 160 millones de euros (+4%).

Por último, la categoría de carnes transformadas se ha mantenido estable en cuanto a la cantidad comprada en los 8 primeros meses del año llegando a 309.059 t, pero su valor ha crecido en casi un 11% hasta los 3.325,7 millones de euros.