La Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Tokio ha elaborado un estudio para analizar el mercado japonés para la carne de cerdo y las oportunidades que tienen en él las empresas cárnicas españolas. El país nipón es de los mayores importadores de carne de cerdo, junto a China y México. Esto se debe a que apenas produce 900.000 t de este tipo de carne mientras que la cantidad importada en 2022 superó las 956.000 t por un valor aproximado de 740,3 millones de euros.

España, junto a EE.UU. y Canadá, son los principales proveedores de Japón. Los dos países norteamericanos juntos abarcan el 92% de la carne importada en cuanto a la carne fresca y refrigerada. En el caso de España abarca el 32% de la carne congelada, siendo la primera en esta categoría. El congelado resulta ser el formato más demandado por los importadores debido a los mayores tiempos de conservación frente al producto refrigerado.

En cuanto al jamón curado español, apenas suma el 1% del total de las importaciones porcinas hechas por Japón. No es un producto habitual en la dieta japonesa y en 2022 el 81% del jamón importado provenía de nuestro país, sumando unos 20,4 millones de euros.

Según el informe del ICEX se está produciendo un cambio en los hábitos de los consumidores japoneses debido a factores como el encarecimiento del transporte internacional, el corte en el suministro de materias primas desde Rusia y la fuerte depreciación que ha experimentado el yen en el último año. Todo esto lleva a un encarecimiento de la carne de cerdo y esto podría llevar a perder dinero a los grandes importadores, distribuidores y minoristas.

Se trata de un mercado maduro y cuya demanda comienza a estancarse esperándose incluso que, según la OCDE, la demanda comience a bajar anualmente un 0,7% aproximadamente.

Dentro del informe se señalan nuevas tendencias como el crecimiento del consumo en los hogares a través del cocinado con motivo de la pandemia, sobre todo entre los más jóvenes que buscan consumir productos más baratos a la vez que más sanos y equilibrados. De 2020 a 2022 el consumo en los hogares ha pasado de 16,2 a 22,3 kg/año.

Los importadores nipones, ante el encarecimiento de las materias primas y del transporte, buscan proveedores que se adapten a sus exigencias. Los costes bajos que alcanza la carne de porcino española frente a otros países competidores de la UE hacen más atractivo el producto para Japón.

La buena consideración que tiene el importador japonés del cerdo español, su experiencia y la seguridad que le transmite el proveedor es una oportunidad para que nuevas empresas españolas entren en el mercado japonés, según el informe del ICEX.

La dependencia de la importación de carne de cerdo del exterior y el encarecimiento de la carne de ternera como sustitutivo conlleva un abastecimiento continuo, que favorecerá a los proveedores que sepan adaptarse al nuevo contexto internacional y a las peculiaridades del mercado japonés.

Las personas interesadas en el informe pueden encontrarlo en el siguiente enlace.