Interbev, la interprofesional francesa de la ganadería y la carne, se ha hecho hueco en su página web de un reciente estudio de cohorte realizado en China entre más de 10.000 personas mayores con el objetivo examinar las asociaciones independientes entre factores dietéticos, deterioro cognitivo y fragilidad física.

Entre los resultados, los investigadores observaron un menor riesgo de desarrollar fragilidad en sujetos con mayor consumo de carnes y aves.

Detalla Interbev que el estudio se realizó entre 10.734 participantes con una edad media de 78,7 años, libres de deterioro cognitivo y fragilidad física al inicio de la encuesta. La ingesta dietética se recopiló mediante un cuestionario simplificado de frecuencia de alimentos cada 3 a 4 años. Se utilizó la versión china del Mini-Examen del Estado Mental (MMSE) para evaluar las funciones cognitivas; los participantes con una puntuación inferior a 18 se definieron como con deterioro cognitivo.

La fragilidad física se definió mediante preguntas relacionadas con las actividades de la vida diaria y las limitaciones funcionales. El resultado se definió como la primera aparición de deterioro cognitivo o fragilidad. Se utilizaron modelos de riesgo competitivos para estimar los índices de riesgo (HR) correspondientes y los intervalos de confianza del 95% (IC del 95%).

Durante el seguimiento del estudio (duración media = 8,1 años), se identificaron recientemente un total de 1.220 casos de deterioro cognitivo y 1.451 casos de fragilidad física. En términos de fragilidad, los investigadores observaron un menor riesgo asociado con un mayor consumo de carne y aves (HR = 0,72, IC 95% 0,61-0,88).

Un consumo más frecuente de fruta se asoció con un menor riesgo de deterioro cognitivo (HR = 0,75, IC 95% 0,58-0,97), mientras que un mayor consumo de verduras enlatadas demostró una asociación opuesta (HR = 1,23, IC 95% 1,07-1,42). En términos de fragilidad, los investigadores observaron un menor riesgo asociado con un mayor consumo de carne y aves (HR = 0,72, IC 95% 0,61-0,88).