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Aumenta el consumo de carne entre los argentinos, a pesar de la pérdida de poder adquisitivo

El consumo de carne entre los argentinos permanece estable, incluso con una ligera súbida, a pesar de la pérdida de poder adquisitivo entre los consumidores de este país, que vieron subir los precios por encima de los salarios.

Es una de la conclusiones del análisis publicado por Rosgan, que detalla que en 2023, las cifras oficiales suman un consumo total de los tres tipos de carnes de 113 kilos per cápita, aunque en la composición la carne vacuna perdió desde entonces unos 10 kilos mientras que, el pollo y el cerdo aumentaron en promedio entre 6 y 7 kilos, respectivamente. 

Diez años atrás, el consumo total de carnes en Argentina  -según datos registrados- se ubicaba en torno a los 110 kilos de carne por habitante por año. En aquel entonces, compuesto en promedio por unos 60 kilos de carne vacuna, 40 kilos de pollo y 10 kilos de carne de cerdo, informan desde Rosgan.

Pérdida de poder adquisitivo
Estos datos contrastan con el hecho de que se podría podríamos esperar que en un contexto de fuerte pérdida del poder adquisitivo de los salarios como el que se viene registrando en los últimos años, se observaría una restricción significativa en la ingesta de carnes, en particular de los cortes más caros. 

De acuerdo a los últimos datos publicados por el INDEC, el índice general de salarios en Argentina aumentó en 2023 un 152,7% contra un aumento general de precios al consumidor (IPC) que en el mismo período se  incrementó en un 211,4% anual, lo que denota un claro deterioro del poder de compra de los consumidores. Si bien esta situación se agudizó en el ultimo año, se trata de brecha que se viene ampliando más significativamente desde finales de 2021.

Aun así, continúa Rosgan, el conocido efecto de sustitución de bienes que suele observarse en contextos de fuerte pérdida real de los ingresos parece no estar dándose en el consumo de carnes, en particular con la carne vacuna que, siendo más cara en relación a otros tipos de carne como pollo o cerdo fue, a su vez, la que mayor incremento porcentual de precios registró en el último año.

Según el relevamiento de precios minoristas que realiza el IPCVA, mientras que el precio de la carne de pollo aumentó en 2023 un 240% y la carne de cerdo lo hizo en un 254% anual, la carne vacuna registró un aumento del 307% en esos doce meses. Si bien los tres tipos de carne ajustaron por encima del promedio general de precios, los precios de la carne vacuna aumentaron 3 veces desde diciembre de 2022, mientras que las otras carnes lo hicieron en 2,5 veces, lo que amplia aún más la brecha de valores. 

Con todo, sucede que, a pesar del fuerte aumento de precios registrado durante el último año en los tres tipos de carne, en términos reales, los precios en general siguen estando más baratos que hace tres años.

En particular, la carne vacuna, que es la que mayor incidencia tiene en nivel de gasto general al representar el 65% del presupuesto total de compra, en promedio se encuentra un 11% más barata que lo que costaba en 2021, llevado a moneda actual.
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