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La ganadería ecológica gana peso en Aragón pero el sacrificio en mataderos sigue siendo míninmo con respecto al total

El sacrificio en mataderos ecológicos en Aragón tan solo representa el 1 % sobre el total en la actualidad, a pesar de que el número de ganaderos ecológicos ha crecido un 28 % en el último año y se acercan a los 100. En cuanto a mataderos, hasta siete de los autorizados en Aragón están certificados como ecológicos. Cuentan con esta categoría porque producen alimentos utilizando recursos naturales que no suponen un riesgo para la salud del consumidor, además de respetar el medio ambiente. En ellos se obtiene carne de cerdo, de vacuno (ternera), pollo, caprino y ovino (cordero). En la Comunidad hay en total 45 mataderos autorizados: 16 en Huesca, 14 en Teruel y 15 en Zaragoza, según una información de Aragón Noticias, plataforma digital de información y noticias de la Corporación Aragonesa de Radio y Televisión.

Es el caso de Luis Lascorz, ganadero ecológico que sacrifica sus vacas en un matadero ecológico de Ainsa. Está acreditado como ecológico porque trabaja con ganaderos de proximidad que crían y alimentan a sus animales de forma natural. Cumple, además, estrictos protocolos limpieza y trazabilidad.

Más del 20 % de la carne que se sacrifica en este matadero de Ainsa es ecológica. Lleva certificado desde el año 2018 y es el matadero aragonés con mayor volumen de sacrificio de vacuno ecológico. La carne apenas se transporta, porque se vende en la misma localidad. 

Este tipo de instalaciones potencian la sostenibilidad, los productos de kilómetro cero y la economía local. "Tenemos a muy corta distancia, con un transporte mínimo, el matadero y la tienda en el mismo municipio, con lo cual el gasto energético de huella de carbono es mínimo", indica Lascorz. 

El ciclo se completa con los restos de carne que no se consumen, y que acaban en un muladar que gestiona la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos. "Hasta el último resto de estos animales se queda en el territorio y es aprovechado por las aves carroñeras salvajes. Algunas de ellas son especies amenazadas, como el quebrantahuesos o el alimoche", subraya Álvaro González, biólogo de la Fundación Quebrantahuesos y gerente del matadero municipal.

Cada año llegan al comedero de aves rapaces más de 30.000 kilos de restos procedentes del matadero.
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