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Proponen en Francia un etiquetado sobre bienestar animal que abarque cinco niveles

La Agencia Francesa de Seguridad y Salud Alimentaria, Ambiental y Ocupacional (Anses) acaba de publicar las normas para el desarrollo de un sistema de etiquetado de los productos de origen animal con la que se busca armonizar los sistemas actuales. Una de sus principales características es basar su evaluación en indicadores científicos de bienestar, medidos directamente en los animales, y no sólo en sus condiciones de reproducción. Otra de sus especificidades es tener en cuenta no sólo las condiciones de vida de los animales productores de alimentos sino también las de sus antepasados.

La ANSES llevó a cabo una evaluación pericial para ofrecer a los actores del sector ganadero una base científica en la que sustentar este etiquetado . En sus directrices, la Agencia recomienda adoptar un sistema con cinco niveles de bienestar, que van desde el mejor (A) hasta el más bajo (E). El nivel E corresponde al cumplimiento exclusivo de los requisitos impuestos por la legislación europea en materia de bienestar animal, ya sea para la vida en la granja, el transporte o el sacrificio.

Esta clasificación, fácilmente comprensible para el consumidor, debería ayudar también a los productores a mejorar progresivamente la consideración del bienestar animal.

La mayoría de etiquetas o etiquetados existentes sobre bienestar animal sólo tienen en cuenta los métodos de cría y los medios implementados para mejorarlos. “ No es suficiente”, explica Julie Chiron, coordinadora de expertos de la Anses.

Por ello, los científicos del grupo de trabajo ANSES recomiendan que los indicadores a evaluar se refieran principalmente al estado de bienestar del animal, es decir, a partir de mediciones realizadas en el propio animal.

Los expertos han identificado los factores que pueden afectar el bienestar de un animal durante cada etapa de su vida: características genéticas, técnicas de cría, prácticas y entrenamiento de los criadores, alojamiento, alimentación, medidas adoptadas para garantizar la buena salud de los animales, limitaciones el uso de prácticas dolorosas, la reproducción, el transporte y el sacrificio.

Para cada uno, el grupo de trabajo propuso un protocolo de evaluación basado en criterios científicos, asociados con indicadores mensurables, así como formas de mejorar el bienestar animal. Por ejemplo, para la alimentación, los criterios propuestos son tanto que el animal disponga de alimentos fácilmente accesibles y adaptados a su especie y edad, como también que pueda satisfacer sus necesidades comportamentales vinculadas a la actividad, como el pastoreo de rumiantes. excavar madrigueras para los cerdos o incluso picotear y rascar para las aves de corral.

“El trabajo realizado se dirige principalmente a los científicos y a las partes interesadas francesas y europeas que tienen previsto construir un marco de etiquetado sobre el bienestar animal”, explica Florence Etoré, jefa de la unidad encargada de la evaluación de los riesgos relacionados con el bienestar y la salud de los animales. "Este marco debe adaptarse a cada sector o categoría de animales objetivo y construirse conjuntamente con los distintos actores en el campo  : profesionales ganaderos, asociaciones de protección animal y científicos".

Por último, los expertos subrayan que el coste relacionado con la mejora del bienestar animal y su evaluación debería ser asumido por todas las partes, dadas las cuestiones éticas y la creciente demanda por parte de la sociedad de una mejor consideración del bienestar animal.
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