El Consejo Avícola Internacional instauró el 10 de mayo como el Día Mundial del Pollo. El objetivo es celebrar la cadena productiva e incentivar el consumo de una de las proteínas animales más importantes y versátiles del mundo.

Este año, la avicultura en Brasil abordó una perspectiva diferente a la de años anteriores buscando resaltar la importancia de esta proteína para garantizar la seguridad alimentaria y el desarrollo económico y social de Brasil.

En toda la cadena productiva existen 3,5 millones de empleos directos e indirectos. Sólo en las fábricas, hay más de 300.000 puestos de trabajo en un sector con un valor bruto de producción de más de 90.000 millones de reales. Se trata de una enorme fuerza laboral que el año pasado produjo 14,8 millones de toneladas en territorio brasileño; desde 2013, Brasil ha añadido alrededor de 2,5 millones de toneladas a su producción.

Casi el 35% de esto se dirige a más de 150 países en los cinco continentes, una capilaridad que ha dado a Brasil el liderazgo mundial en exportaciones de proteínas, siendo responsable del 38% del comercio internacional total.

A efectos comparativos, las agroindustrias brasileñas exportaron el año pasado más que las ventas internacionales de Estados Unidos y la Unión Europea -segundo y tercer mayor productor, respectivamente- juntos, y es mayor que toda la producción de Rusia (quinto productor mundial de la proteína). Se trata de envíos que generan ingresos cercanos a los 10.000 millones de dólares.

El impacto económico y social de la carne de pollo para Brasil no se queda sólo en los datos macroeconómicos. El peso social individualizado de las proteínas se ve en su consumo per cápita. Cada brasileño consume, en promedio, 45 kilos de proteínas cárnicas, cifra alcanzada en 2020 y que se mantiene desde entonces. Es, con diferencia, la proteína animal más consumida por los brasileños.

Son números que muestran la relevancia y la misión de este sector en Brasil, donde se destina el 65,3% de toda la producción nacional.

“Nuestra cadena productiva es continental, y juega un papel determinante en los hábitos, la economía y la cultura gastronómica de Norte a Sur, desde el campo hasta las fábricas, hay miles de millones en inversiones en tecnología de punta para garantizar la calidad y salubridad de los productos. con mayor productividad. Es una de las bases alimentarias del país y un pilar económico en varias regiones. En este día celebramos a un sector resiliente, que cumple su rol y seguirá actuando para que no falte el acceso a este alimento de alta calidad para las familias de todo el país”, afirma el presidente de la ABPA, Ricardo Santin.