- España Los retos del sector del
ibérico que asfixian a la
industria
Artículo de opinión de Fernando Santos,
Responsable de Compras en Julián Martín
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Los orígenes de esta industria se remontan a los
años 30-40. Es cierto que el sacrificio y las
matanzas en familia forman parte de las tradiciones populares y
gastronómicas en España, pero fue a partir de esas décadas cuando
se fueron desarrollando las empresas familiares
alimentarias con planteamientos industriales.
A día de hoy, solo en Guijuelo existen 300
empresas dedicadas a la producción y comercialización de jamones y
embutidos ibéricos. No obstante, la entrada de nuevos
grupos procedentes del sector del cerdo blanco está empezando a
cambiar las cosas.
Este sector crea directa e indirectamente 7.000 puestos de
empleo en este municipio y genera unos 2.000
millones de euros en toda la cadena. Sin duda alguna son
cifras nada desdeñables y no solo por su reflejo en la economía
sino por el papel destacado del jamón ibérico,
junto al aceite de oliva y el vino en la configuración de la marca
España. Según el último informe Perspectiva de la alta
gastronomía y hostelería de España, realizado por Círculo
Fortuny, la alta gastronomía y hostelería suponen el 20 % de los
ingresos de las experiencias de lujo en España, llegando a los
8.600 millones de euros.
Aunque el reconocimiento en el extranjero hacia el sector es alto,
no dejan de hacerse presentes cada día más, y más después de la
pandemia, las dificultades y
retos a los que se enfrenta la industria
del ibérico. Si tuviéramos que sintetizarlos serían
tres:
1.- Encontrar o mantener la rentabilidad del negocio a
pesar del incremento de costes
Quizás es el más acuciante, debido a la subida de los costes en
suministros y salariales de las fábricas sufridos durante 2022 y
2023 y más recientemente el incremento histórico en los costes de
financiación derivados de la subida de tipos de interés, la
industria ha notado un incremento interanual en gastos
superior al 10 %.
Y esta subida afecta a toda la cadena dado que,
por ejemplo, al ganadero le afecta el precio del cereal y a las
industrias cárnicas les repercute ese cereal más caro además de los
incrementos de costes en otros suministros como la energía.
Como indica Anice (Asociación Nacional de
Industrias de la Carne de España) la industria cárnica y el sector
agroalimentario está en una situación crítica dado
que tanto el ganadero como el industrial han asumido las subidas de
costes, pero no pueden repercutirse en los precios de los productos
porque el consumidor final se le haría complicado asimilarlo dada
la gran oferta existente.
No obstante, debido al aumento de las temperaturas, se están dando
veranos más calurosos y otoños más cortos, y en ocasiones a la
falta de recursos hídricos la producción de bellota se ha visto
mermada en las últimas montaneras entre un 20 % y 25 %, haciendo
que el número de sacrificios de cerdos de bellota
se reduzca, y por tanto la disponibilidad de jamón en los
secaderos.
2.- Hacer comprender al consumidor español e internacional
la calidad, el proceso artesanal y el ciclo de producción de un
producto gourmet
Una de las tareas pendientes del sector es lograr que tanto el
consumidor español como el extranjero de los jamones
ibéricos de bellota sea consciente y conocedor de las
cualidades de este producto.
Su valor reside no solo en su sabor, aroma y gran versatilidad en
cuanto a gastronomía, sino en cuanto al proceso de elaboración y
curación. Cuando una paletilla o jamón llega a la casa de una
familia, esa pieza ha sido cuidada y mantenida con delicados y
cuidados procesos en bodegas naturales durante años. Concretamente
desde que nace la cría del cerdo, crece, está en el campo y llega a
la fábrica para realizar toda la curación han podido a llegar a
pasar nada menos que de 14-18 meses. El ciclo de producción
de este producto es larguísimo comparado con otros del
sector agroalimentario y el retorno llega al cabo de años.
3.- Las continuas faltas de respeto en torno a las bondades
de la carne y los productos españoles por parte de algunos
profesionales
De todas las barreras que se han encontrado los profesionales de
este sector, podríamos decir que la más perjudicial ha sido la
propagación nacional e internacional de falsedades
sobre los productos cárnicos y sobre el consumo de los mismos.
De todos los casos puntuales y crisis alimentarias por los que ha
pasado y superado el sector agroalimentario español de forma
conjunta y profesional, sería correcto afirmar que el daño
económico y de comunicación que se producido contra el
sector cárnico y contra los embutidos y los jamones ha sido de los
más grandes de la historia española. Los continuos
titulares dañinos y confusos sobre la
recomendación de disminuir el consumo de carne, la difusión
injustificada del daño al campo y de la divulgación de la ausencia
de propiedades nutricionales en el consumo de todos los productos
cárnicos ha sido un desgaste para todo el sector y seguimos
luchando para subsanar el daño percibido.