Manuel Galiana interpretaba en Los gozos y las sombras, serie de televisión de comienzos de los 80 basada en la novela de Gonzalo Torrente Ballester, a Paquito, un relojero en la Galicia previa a la Guerra Civil. Iba de aldea en aldea arreglando relojes y vendiendo joyas que enseñaba en una especie de manta o paño que extendía ante los lugareños.

Este es un método que se ha utilizado habitualmente para la venta de estos productos, sobre todo en el caso de la venta puerta a puerta. En ellas se mostraba un poco de todo: desde anillos a alianzas, esclavas, cordones, medallas, etc, con distintas calidades, metales y todo tipo de facilidades de pago, buscando conseguir la venta y agradar al consumidor.

La comparación del actual sector jamonero con el de hace unos años nos lleva a pensar en esa especie de manta/catálogo con muchas más referencias. Se ha reducido el número de empresas elaboradoras, sobre todo en regiones como Castilla-La Mancha, Andalucía, Cataluña o la Comunidad Valenciana, pero el número de piezas que se elaboran ha seguido creciendo, a excepción del último año debido al incremento de los costes energéticos y de la materia prima.

Tras la pandemia por la covid-19, en la que el consumo per cápita en los hogares creció, ahora se está reduciendo y está incluso por debajo de los niveles de 2019 quizás por un mayor consumo fuera del hogar aunque también tiene que ver el encarecimiento del producto.

Por esto, las empresas han tenido que apostar por la exportación y crecer más allá de la UE. Mercados como Estados Unidos o China son hoy ya habituales para muchas firmas.

Y para no perder clientes, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, las empresas han decidido poner en su “manta de joyas” todo tipo de jamones: desde los de cerdo blanco a ibéricos e incluso algunas de ellas están presentes en varias figuras de calidad.
De esa manera aseguran un amplio abanico de oferta y también cubrir la demanda, sea del producto que sea y con los distintos tipos de formato que exige el consumidor ante su falta de pericia para el corte. Es una muestra más de la continua adaptación al cambio, que es permanente en el sector jamonero y que se volverá a mostrar en la XII edición del Congreso Mundial del Jamón, que se celebra en Zafra el 5 al 7 de junio. ¡Allí nos vemos! 

Imagen: www.rtve.es