Tras la votación del Senado el pasado mes de marzo para rechazar la ratificación del acuerdo comercial entre Europa y Canadá (CETA), el futuro del procedimiento de ratificación del tratado se debatirá el próximo 30 de mayo en la Asamblea Nacional francesa.

En ausencia de cláusulas espejo que garanticen la reciprocidad de las normas sanitarias, medioambientales y de bienestar animal para los productos canadienses importados, Interbev considera que este acuerdo comercial sólo puede ser desfavorable para los sectores vacunos de la UE y no exento de riesgos para los consumidores europeos.

Prueba de ello es que, "de ratificarse el acuerdo, los controles de productos animales en los puestos de inspección fronterizos se reducirían a la mitad. Sin embargo, los informes de auditoría de la DG Sanidad de 2019 y 2022 demostraron claramente fallos en los controles de trazabilidad destinados a certificar la ausencia de carne procedente de animales tratados con hormonas en el mercado europeo. A pesar de estas conclusiones, Canadá no ha adoptado ninguna medida correctora, aunque el acuerdo ya se aplica provisionalmente, abriendo el mercado europeo a 65.000 toneladas equivalentes de canales sin derechos de aduana, procedentes de animales alimentados con harinas animales prohibidas en Europa desde el año 2000".

Además, la prohibición del uso de antibióticos como promotores del crecimiento en la ganadería, vigente en la Unión Europea desde 2006 y ampliada a los productos importados en 2018, "no es aplicable concretamente. De hecho, el acto de aplicación europeo simplemente impone a los veterinarios de los países exportadores una simple declaración jurada "para certificar" que los animales comercializados están libres de dichos tratamientos, sin que se haya previsto ningún control o sanción".

Interbev critica abiertamente que la entrada en vigor de este acto de ejecución no está prevista hasta septiembre de 2026.

Por lo tanto, la interprofesional francesa considera que es esencial que "los debates sobre los acuerdos de libre comercio y la reciprocidad de las normas, que están en el centro de los debates sobre el CETA, se desarrollen de conformidad con los principios democráticos".