El último cambio de reglamentación propuesto a la Packers and Stockyards Act por parte de la Administración Biden no ha gustado al Meat Institue que considera que "está intentando hacer retroceder décadas la producción de carne al fomentar los litigios y limitar la forma en que los productores de ganado pueden comercializar sus animales a la industria cárnica".

Según esta organización empresarial, la nueva propuesta del USDA busca eludir al Congreso y a los tribunales para revertir el estándar legal que establece que las partes deben "demostrar daño a la competencia para demandar y ganar bajo la Sección 202(a) o (b) de la Packers and Stockyards Act".

"Eliminar la necesidad de demostrar el daño a la competencia fomentará demandas frívolas. Para protegerse, los envasadores de carne pueden verse obligados a limitar el uso de Acuerdos de Comercialización Alternativa (AMA, por sus siglas en inglés) para minimizar estos costosos riesgos de litigio. Desafortunadamente para la administración Biden, el secretario Vilsack ya había intentado estos cambios antes”, dijo Julie Anna Potts, presidenta y directora ejecutiva del Meat Institute. “Han fracasado ante los tribunales, entran en conflicto con la intención del Congreso y son un intento descarado de elegir ganadores y perdedores en el mercado. Con estas normas propuestas, todos pierden: el productor de ganado, el envasador y, en última instancia, el consumidor”.

Presentada como un esfuerzo por aumentar la competencia, "esta interferencia del gobierno se produce cuando los precios del ganado estuvieron en niveles récord durante la mayor parte de 2023, superando los máximos históricos anteriores de 2014-2015, y ahora, bien entrado 2024, los precios del ganado siguen en niveles récord. Y las perspectivas del precio del ganado para 2024 siguen siendo alcistas: el USDA proyecta que el precio promedio anual del ganado aumentará con respecto al récord de 2023 debido a una menor oferta de ganado".

Contrariamente a lo que afirma el USDA, estos cambios introducirían incertidumbre en el mercado y desvincularían las señales de demanda que los productores reciben de los consumidores de carne vacuna, incluida la disposición de los consumidores a pagar por atributos de valor agregado. En los puntos bajos del ciclo ganadero, como el rebaño históricamente pequeño de este año, pone en riesgo el valor que los productores obtienen de la demanda sostenida de carne vacuna y, a medida que comienza la fase de expansión del ciclo ganadero, socavaría los beneficios obtenidos de la creciente demanda de carne vacuna.

“En respuesta a las demandas de los consumidores de productos cárnicos con valor agregado como 'sin antibióticos nunca', 'alimentados con pasto' o incluso algún día 'carbono neutral'”, dijo Potts, “AMA ha recompensado a los productores de ganado por invertir en estos atributos al tiempo que garantiza que los empacadores de carne puedan fabricar los productos de alta calidad que los consumidores quieren para alimentar a sus familias”.

Además, el Meat Institute cree que el cambio propuesto viola la "doctrina de las cuestiones importantes", como se articula en el fallo de la Corte Suprema en West Virginia vs. Environmental Protection Agency , porque el Departamento de Agricultura de los EE. UU. está actuando sin el permiso del Congreso y proponiendo reglas administrativas que tendrán un efecto dramático en todas las partes interesadas en los mercados de carne y aves de corral.

“El presidente y su administración siguen aplicando políticas que aumentarán los costos para los consumidores. Desde los cambios propuestos por el Secretario Vilsack a las normas de la Packers and Stockyards Act hasta la demorada modernización de la inspección de la carne de cerdo por parte del USDA y las directrices propuestas por la EPA para el tratamiento de aguas residuales , estas políticas resultarán costosas para el 98 por ciento de los hogares estadounidenses que compran carne para alimentar a sus familias”, dijo Potts.