Hace unas semanas el Diario Oficial de la Unión Europea publicaba la solicitud hecha por la Federación Internacional de Döner Kebab ubicada en Estambul (Turquía) para pedir una figura de calidad para el Döner Kebab y proteger sus estándares de producción.

La solicitud tiene tres meses de periodo de apelación pero si finalmente pasa, el döner kebab recibirá la misma protección que la pizza napolitana italiana y el champán francés. Esto significaría que solo los kebabs que cumplan criterios específicos podrían ser etiquetados como döner, y el incumplimiento podría dar lugar a multas o prisión.

Ante esto, desde Alemania se han expresado una serie de objeciones debido a la relevancia que este producto tiene en el país debido al gran número de inmigrantes turcos que acoge. 

La propuesta de Turquía incluye normas sobre el grosor de las lonchas y características específicas de la carne. El döner debe cortarse horizontalmente con un grosor de 3 a 5 mm y estar hecho de cordero y ternera, no de ternera como se suele hacer en Alemania, y el döner de pollo debe cortarse con un grosor de 1 a 2 centímetros.

Los riesgos económicos son altos: se estima que la industria del döner kebab en Europa tiene un valor de 3.500 millones de euros, según la Asociación Turca de Productores de Döner en Europa.