- España La Junta y las OPAs de Andalucía creen que el
acuerdo UE-Mercosur les sitúa "en
posición de desventaja"
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El Consejo de Gobierno ha tomado conocimiento del posicionamiento
consensuado entre la Junta de Andalucía y las principales
organizaciones agrarias andaluzas (Asaja, UPA, COAG y Cooperativas
Agroalimentarias) ante la firma del Acuerdo entre la UE y Mercosur
del 6 de diciembre de 2024 y la posición de desventaja en
la que queda el sector agrario andaluz.
La rúbrica entre la Comisión Europea y los cuatro países
integrantes de Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay)
prevé, en su parte comercial, la liberación de los intercambios de
mercancías entre ambos bloques económicos, incluidos los productos
agroalimentarios. Este acuerdo supondrá un escenario para el sector
agrario andaluz en el que se prevé una clara competencia
desleal, dado que los productos del Mercosur no están
obligados a cumplir los mismos estándares de calidad, bienestar
animal y sostenibilidad ambiental que rigen en la UE. Asimismo,
traerá consigo un claro impacto en los precios
locales, por la entrada masiva de productos
latinoamericanos fruto de una reducción o supresión de aranceles, y
riesgos para la seguridad alimentaria, por la distinta legislación
en materia de uso de pesticidas, prohibidos en la UE.
En esta línea, se alerta también de la pérdida de soberanía
alimentaria a raíz de este convenio y de su impacto negativo desde
el punto de vista social para el mundo rural, clave para
Andalucía, donde la agricultura es un pilar económico y social, lo
que agravaría la despoblación rural y las desigualdades
económicas.
Ante esta situación, tanto la Consejería de Agricultura, Pesca,
Agua y Desarrollo Rural, promotora de este posicionamiento común,
como las organizaciones agrarias reclaman a la UE un nivel
adecuado de autonomía alimentaria que garantice la
autosuficiencia, pieza clave ante situaciones de crisis
vividas recientemente, como el Covid-19 o la guerra en Ucrania, así
como el mantenimiento del tejido social y económico de las zonas
rurales, cuya pérdida de actividad provocará despoblamiento y
concentración en grandes núcleos urbanos.
Además, la Junta de Andalucía y las principales organizaciones
agrarias andaluzas solicitan garantías en la seguridad
alimentaria de las importaciones, así como una competencia
leal en materias clave como el respeto por el medio ambiente, la
salud humana, vegetal y animal, tal y como se realiza con la
producción de los países miembros, y un cumplimiento real de lo
dispuesto en lo concerniente a las cantidades importadas.
Por otra parte, las peticiones del sector agrario y del Gobierno
andaluz requieren una mayor transparencia de los
elementos de este acuerdo relativos al propio sector
agroalimentario; un análisis previo del impacto
sobre éste desde el punto de vista global, sectorial y territorial;
la introducción de cláusulas espejo para
garantizar una competencia en igualdad de condiciones; la puesta en
marcha de mecanismos para permitir la vigilancia del
correcto cumplimiento de lo firmado y la inclusión de
medidas compensatorias para los territorios
especialmente afectados por este tratado.
Para la Junta de Andalucía y las organizaciones agrarias, la
liberalización comercial debe realizarse siempre con
condiciones justas y de equidad para no caer en la
competencia desleal, sobre todo cuando Andalucía
es una gran potencia exportadora de productos
agroalimentarios, con un crecimiento que la ha llevado a
sobrepasar recientemente los 14.000 millones de euros anuales de
ventas, lo que supone duplicar las cifras de hace una década y
demuestra el alto nivel de competitividad de este sector y la
importancia que tiene el comercio internacional para todos sus
actores.