La sostenibilidad se ha convertido en un objetivo prioritario para la industria alimentaria. Y si hay dos recursos especialmente sensibles en este proceso, son el agua y la energía. Mimasa, especialista en soluciones de lavado y secado industrial, lleva años trabajando para transformar estos desafíos en oportunidades mediante equipos diseñados para minimizar consumos, aumentar la capacidad de producción y garantizar, en todo momento, la higiene.

Uno de los elementos clave es la capacidad de adaptar cada solución a las necesidades concretas de cada cliente y de cada sector. Existen múltiples procesos diferentes, y cada producto tiene sus propios requisitos de higiene. Por ello, la personalización y el diseño modular permiten a Mimasa optimizar cada fase del lavado, reduciendo al máximo los tiempos de ciclo y asegurando una higiene constante y verificable.

La reducción del consumo de agua se consigue mediante sistemas de recirculación equipados con filtros rotativos de alta eficiencia, que permiten mantener la calidad del agua durante múltiples ciclos. Esta estrategia no solo supone un ahorro económico significativo, sino que también refuerza el compromiso medioambiental de las empresas alimentarias, cada vez más sometidas a exigencias normativas y de mercado.

En cuanto a la eficiencia energética, Mimasa apuesta por sistemas inteligentes que dosifican la potencia necesaria en función de la carga y el nivel de suciedad, evitando sobreconsumos innecesarios. Además, el diseño higiénico de los equipos y su accesibilidad para las tareas de limpieza reducen las paradas de mantenimiento y prolongan la vida útil de las instalaciones.

La robustez constructiva también juega un papel clave: materiales duraderos, diseño orientado al mínimo desgaste mecánico y facilidad de integración con automatismos convierten a los equipos de Mimasa en aliados de largo recorrido para las plantas de producción.

Porque más allá de fabricar maquinaria, Mimasa contribuye a cerrar el círculo de la reutilización, garantizando que cada caja, bandeja o carro vuelva a entrar en el proceso productivo en condiciones óptimas, con el menor impacto ambiental posible.