- España Ana Rodríguez destaca la contribución de la
actividad cinegética al desarrollo
rural y reconoce que debe avanzar en
profesionalización y
rejuvenecimiento
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La secretaria General de Recursos Agrarios y Seguridad Alimentaria,
Ana Rodríguez Castaño, destacó en el día de ayer
la contribución de la actividad cinegética al desarrollo
rural, así como el importante papel que desempeña en la
conservación de hábitats y la biodiversidad.
En el acto de presentación de un estudio del impacto
socioeconómico de la actividad cinegética en España en
2023, elaborado Artemisan y Deloitte con la colaboración
del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la secretaria
general subrayó que la actividad cinegética va mucho más allá de
los aspectos socioeconómicos y que repercute positivamente tanto en
la conservación de la biodiversidad y la lucha contra el cambio
climático, como en favorecer el desarrollo del mundo rural. Aseguró
además que es una actividad clave para evitar el
despoblamiento de las zonas rurales, una cuestión
de primer orden en la agenda del Ministerio de Agricultura, Pesca y
Alimentación.
Ana Rodríguez indicó además que el sector necesita avanzar
en la profesionalización y rejuvenecimiento, y también en
dar una mayor visibilidad y promocionar los productos de origen
cinegético, en un momento además en el que la gastronomía española
está muy valorada. La secretaria general ha invitado al sector a
participar en la Estrategia Nacional de Alimentación para
enfrentarse, junto al sector agroalimentario en su conjunto, a los
desafíos y aprovechar las oportunidades en un contexto global
marcado por la transformación tecnológica, el cambio climático y la
incertidumbre geopolítica.
A su vez, la secretaria General de Recursos Agrarios y Seguridad
Alimentaria valoró el papel medioambiental de la
caza, tanto en la conservación de los espacios naturales
como en el control poblacional de especies silvestres cinegéticas.
Ello permite, por ejemplo, que en caso de sobrepoblación, se
reduzcan riesgos, como los posibles daños a la agricultura, la
difusión de enfermedades o accidentes de tráfico. Y, al
contrario, que cuando se produce un declive poblacional, se aplique
una gestión integral para conseguir una mejora del hábitat de las
especies.
Ante ello, apeló a reforzar los mecanismos de coordinación y
colaboración y la implicación de las diferentes políticas agrarias
y medioambientales y generar un debate estrictamente técnico que
permita evitar el conflicto social. Se trata,puntualizó, de buscar
fortalezas y puntos en común para garantizar la conservación de las
especies salvajes y la sostenibilidad de las explotaciones
ganaderas.