- España El acceso al ganado,
vital en este negocio
Editorial del número 336 de EUROCARNE
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Desde que acabara la pandemia, tras los altos tipos de interés de
2021 y la subida de los costes de producción en 2022, hemos
asistido a numerosas situaciones de concurso de
acreedores y a la compra de pymes cárnicas por otras más
grandes.
Se ha dado sobre todo en el caso de elaboradores
cárnicos y el motivo sin duda ha sido el no poder afrontar
las dificultades mencionadas anteriormente debido
a que se han reducido o estancado, cuando menos,
los censos ganaderos y ha subido el precio
de los animales.
Ante esto, solo sobreviven los más fuertes. Las
firmas más relevantes aprendieron y apostaron claramente por
potenciar su ganadería a base de mejorar las
condiciones con sus ganaderos integrados o comprando firmas
ganaderas. Hemos visto esto en sectores como en el vacuno,
el ovino, las aves y el porcino, tanto de capa blanca como
ibérico.
El ejemplo último es la compra de Inga Food por
parte de tres de las principales empresas cárnicas del país. ¿Por
qué? Pues porque el acceso al ganado es vital para
garantizar el trabajo, los acuerdos comerciales en marcha
y seguir fomentando las exportaciones en las que se encuentra, en
muchas ocasiones, un valor añadido a los precios que se pueden
encontrar en el mercado nacional.
Estas operaciones muestran una tendencia a la
concentración, aunque aún predomine la atomización con la
mayoría de empresas por debajo de los 5-10 trabajadores. Pero
nos vamos encontrando, ya lo dijimos en su
momento, con auténticos transatlánticos que compiten muy
bien en los mercados foráneos y que apuestan por la
internacionalización con inversiones empresariales en
Latinoamérica o China.
La apuesta por la ganadería refleja el crecimiento
vivido merced a la buena marcha de las empresas que buscan, en la
mayoría de los casos, cerrar sus ciclos productivos y contar con un
suministro continuo y asegurado de la materia prima para evitar
posibles vaivenes. En otras ocasiones, caso de vacuno y ovino,
viene motivada por el fomento de las exportaciones de animales
vivos, ante el estancamiento o caída del consumo interno, ganando
dinero a corto plazo pero perdiendo en valor a la larga.
Sin duda, una muestra de la profesionalización del sector y de cómo
las empresas acaban solventando las dificultades que se les van
presentando.