Raúl Muñiz, representante de Cooperativas Agro-alimentarias de España y presidente del grupo de trabajo de ovino y caprino del COPA-COGECA en la Unión Europea, participó esta semana en el Grupo de Diálogo Civil extraordinario organizado por la Comisión Europea. Este foro forma parte del proceso de elaboración de una nueva Estrategia Europea para el sector ganadero, donde se debatió el papel actual y futuro de la ganadería.

Durante su intervención, Muñiz puso de relieve el papel esencial que desempeña la ganadería en las zonas rurales, no solo como motor económico, sino también como elemento vertebrador del territorio y garante de la sostenibilidad medioambiental. Advirtió que la situación del sector es crítica, con una pérdida constante de explotaciones y cabezas de ganado, una tendencia que, de no revertirse, puede comprometer seriamente la soberanía alimentaria de Europa.

Tal y como destacó Muñiz, “si no se toman medidas urgentes, los ciudadanos europeos dependerán cada vez más de importaciones externas para alimentarse, lo que sería devastador para la economía rural, el medio ambiente y la seguridad alimentaria de la UE”.

Los datos aportados son contundentes. Según Eurostat, entre 2005 y 2020 se han perdido 5,3 millones de explotaciones agrícolas y ganaderas en la UE, lo que representa una caída del 37 %. En el caso del ovino en España, la cabaña ha descendido más del 30% desde 2008. La renta agraria, además, sigue estando un 50% por debajo de la media de otros sectores económicos.

Las previsiones de la Comisión Europea recogidas en su Outlook 2035 tampoco son halagüeñas: la producción de carne de vacuno, porcino, ovino y caprino, así como la producción láctea, seguirá disminuyendo a pesar de los altos precios del mercado.

Muñiz destacó especialmente la fragilidad del sector ovino y caprino, el único en el que la UE es deficitaria en términos netos, importando más de lo que exporta. Esta vulnerabilidad, unida a factores como la falta de relevo generacional, el descenso del consumo, el aumento de las importaciones de terceros países, las presiones regulatorias y las campañas de desprestigio contra la ganadería, ha llevado a una situación difícil.

“El sector atraviesa una tormenta perfecta y necesita apoyo urgente. No es comprensible que, a pesar de los precios elevados de la carne, cada vez haya menos ganaderos y explotaciones en activo”, remarcó.

Muñiz también señaló que, en los últimos años, el enfoque legislativo se ha centrado en aumentar las exigencias medioambientales —como la nueva PAC, la Directiva de Emisiones y las propuestas sobre bienestar animal en el transporte— sin articular medidas que se focalicen en la producción ganadera, lo que desalienta a los jóvenes a incorporarse al sector.

Frente al actual contexto geopolítico y la tensión en los mercados agrarios, insistió en que es fundamental revalorizar la producción ganadera europea, que cumple con las normativas más estrictas del mundo en materia de sostenibilidad.

En su intervención, Raúl Muñiz subrayó que el nuevo marco financiero y la reforma de la PAC prevista para julio representan una oportunidad histórica para el sector. En este escenario, el apoyo a las cooperativas debe jugar un papel esencial.

La Comisión Europea ha anunciado su intención de presentar una Estrategia para una ganadería sostenible en 2025, basada en pilares económicos, sociales y medioambientales. En este sentido, ha abierto un proceso de consulta con las partes implicadas. Raúl Muñiz subrayó que el sector espera que esta estrategia se concrete en acciones eficaces y realistas que fortalezcan la competitividad, sostenibilidad y resiliencia del modelo ganadero europeo.