La reciente aprobación del reglamento de calidad para el jamón curado por parte de la Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación ha supuesto el definitivo freno para este proyecto, que se puso en marcha hace ya nueve años, con aspiraciones incluso más altas, ya que en un principio se perseguía la denominación de origen.

El ciado reglamento establece la uniformidad del proceso de elaboración, así como en los métodos de verificación, con el objetivo final de mantener un estricto control de las cualidades alimentarias y la calidad final del producto resultante.

El primero de estos requisitos, sin embargo, escapa a las competencias de los empresarios, ya que los jamones llegan a Segorbe en tierno, procedentes de distintos mataderos, los cuales a su vez reciben los animales incluso de otros países europeos.

Por otra parte, la asociación que en estos momentos agrupa a las tres firmas más importantes que existen en la ciudad (Jamones la Esperanza, Segorbe y Garcerán) considera que la promoción que se realiza de sus elaborados es suficiente, especialmente coincidiendo con la Feria del Jamón, que tiene lugar con motivo de las fiestas patronales y que este año se ha saldado con una cantidad aproximada a las 30.000 raciones, entre jamón curado y embutido artesano.

Por su parte, la Asociación de Jamoneros ha puntualizado que no tener marca de calidad no representa que los jamones no tengan la consideración de un producto de calidad. Así, desde la entidad puntualizan que en lo que se refiere al principal proceso de elaboración del jamón, que es la curación, dicen que las condiciones meteorológicas y medioambientales dan al jamón de Segorbe la categoría que tiene.