En la comarca de las Merindades se concentra el 30% del censo de vacuno de Burgos. En los últimos 10 años ha habido un ligero descenso que, posiblemente se acentúe a partir del 1 de enero con la entrada en vigor de las normativas comunitarias cuando, entre otras cosas, se le exija definitivamente al ganadero la trazabilidad. Una situación que será, para quienes sigan trabajando con el vacuno, una apuesta de mayor calidad y creación de mejores explotaciones.

En este sentido, la Marca de Garantía burgalesa saldrá beneficiada por el empuje que tenga desde el punto de vista profesional. Según fuentes de la Junta de Castilla y León, el censo de vacuno de la provincia de Burgos cierra el año con 80.000 animales y 1.200 explotaciones ganaderas (300 de ellas están repartidas sobre 234.000 hectáreas del territorio de las Merindades de Burgos).

Con la creación de esta Marca de Garantía Carne de Merindades se pretende etiquetar e identificar un producto propio y tradicional, además de garantizar y potenciar un desarrollo sostenible del medio rural. En su reglamento de uso aparece reflejada la necesidad de garantizar al consumidor la calidad de la carne para lo que los sistemas de producción serán rigurosamente controlados tanto en las instalaciones y el manejo como en referencia a las materias primas.

Los controles de los animales es tarea de la asociación, aunque el control básico es que los animales hayan nacido y se hayan criado en la zona y la raza sea alguna de las referenciadas en su reglamento de uso, consideradas como autorizadas.