El Tribunal de Primera Instancia de la Unión Europea (TUE) ha decidido permitir a la empresa española Industrias Cárnicas Valle registrar en la Oficina de Armonización del Mercado Interior (OAMI) la marca figurativa el charcutero artesano. De este modo, se desestima el recurso presentado por Miguel Cabrera Sánchez, propietario de la marca española el Charcutero. El Tribunal considera que las marcas en conflicto presentan notables diferencias desde el punto de vista gráfico, y concluye que estas diferencias son suficientes para descartar la existencia de un riesgo de confusión por parte del público pertinente.

La sentencia señala que la marca el Charcutero está compuesta por un fondo negro en el que aparece insertada la imagen de perfil de un charcutero, que lleva sombrero, pajarita y un delantal. El elemento más distintivo de la marca es precisamente el fondo negro. En cambio, la marca solicitada por Industrias Cárnicas Valle está configurada diferente, aparece un cocinero que tiene entre las manos una bandeja con fiambres o embutidos en lonchas, a diferencia del charcutero representado en la marca anterior, el cocinero aparece de frente, con el gorro típico de su profesión, y en color.

En cuanto al riesgo de confusión, el TUE señala que los productos de charcutería se encuentran normalmente envasados y dispuestos en estantes refrigerados a los que el consumidor accede directamente, por lo que la percepción visual de las marcas controvertidas desempeña un papel preponderante. Lo mismo ocurre si el producto se sirve a través de un intermediario.